¿Educación con videojuegos? o ¿educar para el consumo de videojuegos?

Propongo un debate (nacido de un comentario que dejé a una publicación de Maura Rivero):

Es cierto, quizás con los videojuegos se puedan desarrollar nuevas formas educativas (destaco lo de “nuevas formas”, porque si sólo se trata de sumar un útil más a la mochila de los estudiantes, no le encuentro motivo alguno, salvo sumar el ingreso de las compañías que venden videojuegos).
Además, independientemente de si el resultado es positivo o no en el campo educativo, el otro mercado de los videojuegos (el de los que están destinados al entretenimiento, a la dispersión), posiblemente consiga nuevos adherentes que consuman videojuegos. Con como está dado ese mercado de los videojuegos, donde pareciera que los juegos “de acción”, “de violencia”, “de guerra”, «de aniquilar al de enfrente”, están entre los más elegidos, ¿será tan positivo sumar consumidores a ese mercado? Supongo que para alguien sí debe ser positivo.
¿Qué preponderancia tiene lo comercial en un proyecto educativo que utilice los videojuegos?

Mauricio Castro